Sevilla.
Barrio de Nervión.
Estadio Ramón Sanchez Pizjuán.
Minuto 82 del partido Sevilla F.C- Dénia....
Sevilla.
Barrio de Nervión.
Estadio Ramón Sanchez Pizjuán.
Minuto 91 del partido Sevilla F.C - Dénia...
Ni el del espejo quería mirar.
Ayer, no lo ocultemos bajo ningún concepto, rozamos el más esperpéntico de los ridículos.
Siempre en el mejor de los casos posibles, pues soy de la opinión de que ayer se hizo el ridículo independientemente de lo finalmente acontecido.
Mi amigo Munch y la Sra Magritte dan claro ejemplo de lo que todo el sevillismo vivimos ayer.
Dicho esto podemos sacar muchas impresiones del enloquecido partido de ayer, pero, particularmente yo, prefiero quedarme con el lado positivo.
Cualquiera de los que hemos vivido épocas de ese "antiguo Sevilla" del ya famoso "otro año igual", en su significado etimológico,sabemos que antaño habríamos caído eliminados.
Ayer no.Ayer pasamos y, si me dejan denominarlo de tal modo a pesar del inexcusable ridículo, de forma épica.
No puedo dejar de acordarme,salvando las notables diferencias, del gran Andrés y su mítico gol en el último suspiro del partido.
No puedo porque ayer, al igual que entonces, estábamos eliminados, en la calle, fuera de la competición y en un espacio temporal tan reducido, como fue ayer y entonces,un golpe de efecto, o si quieren suerte , nos colocó de nuevo en el camino como si no debiéramos dejar de andarlo.
No creo en el destino así que debería decir que se debe a la suerte. Pero ,cuando pienso profundamente en ello ,me doy cuenta de la cantidad de circunstancias, la cantidad de elementos, la cantidad de actos, la enorme cantidad de decisiones que deben tomarse ,y darse, en escasa fracciones de segundo para que todo encaje de la forma que lo hicieron ayer y entonces.
Piénsenlo;
¿Es impresionante verdad?
Es fácil dejarse caer en brazos del destino. No obstante diremos que, y es obvio que forma parte influyente en ello, ha sido suerte.
Aún así tampoco soy amigo de la suerte gratuita, la suerte es caprichosa y suele gustar de aquellos que la buscan con tesón y trabajo.
Muchas veces puede ser esquiva, por ello mismo, cuando no lo sea, no nos perdamos queriéndola ver peyorativamente, sino como un don que suele tocar a los dioses.
El campeón sigue vivo, muy vivo, a pesar de estos equipos enfundados en casacas color plátano y pantalones color cielo que parecen configurar para nosotros una perversa carrera de obstaculos.
Pero este Sevilla ya no es el del Cádiz, ni el del Isla Cristina, este Sevilla ha superado la prueba de estos "locos de amarillo"(dicho sea con todo el cariño del mundo), y camina con paso firme.
A partir de ahora ,señores, vamos a dejar en esta ciudad a cada uno en el sitio que se merece.
El domingo será un día grande, otro más.
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jueves, 3 de enero de 2008
2 comentarios:
Yo tampoco creo en el destino sino en el esfuerzo... y esta afición se ha esforzado mucho por hacer de su equipo un equipo campeón. Los tiempos han cambiado y es Sevilla también. Seguiremos el camino por tantos andado....
¿"tas" fumao algo Javi?
¡¡Nooo!, es broma, tienes mucha razón ;)
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