No voy a hablar ni un segundo del lamentable encuentro del sábado, no voy a realizar ningún análisis futbolístico de lo acontecido, entre otras cosas porque tendría que hacer sangre, merecidamente, sobre muchos que son de los mios.
No voy a meter el dedo en una yaga demasiado dolorosa, para eso pueden leer cualquier crónica de las que pululan por todos estos medios sevillanos, esos que dicen llenándose la boca que defienden al Sevilla FC.
No digo que no quepa crítica alguna, a lo del sábado le cabe todo lo que le quieran meter. Es más la crítica es sana y buena, pero la crítica, no el cebarse y encima con placer.
Del sábado me quedo con esa grandiosa afición que con 0-4 en el luminoso se partía la garganta chillando; ¡Sevilla, Sevilla!
Esos son los míos, los que comprenden lo que significa ser Sevillistas.
Yo soy sevillista todos los días, todo los años y para toda la vida, pero el sábado fui más sevillista que nunca, desde el sábado soy más sevillista que nunca, porque es ahora cuando hay que ser sevillista.
No crean que no me enfade, que no escupí improperios por doquier, claro que si, soy un tipo pulsional , pero solo hasta el 0-2, cuando cayó el tercero solo una idea pasó por mi cabeza;
¡Viva el Sevilla!
Me dio exactamente igual que el reciente e incomprensiblemente amado de Victor Fernandez, más conocido como Arevalo, se metiera un gol en propia meta sin dar crédito aún hoy, me da exactamente igual que jugara Poulsen de titular cuando ,hoy por hoy, no puede jugar ni al futbolín, en detrimento de un Renato que se había ganado la camiseta a pulso. Me es indiferente que Luis Fabiano se paseara con desidia por el terreno de juego cual rumiante pastando.
Nada de ello me importa.
¿Saben por qué?
Porque yo soy sevillista hasta la muerte, y si mi equipo se cae , ahí va a tener siempre mi mano.
Evidentemente porque soy sevillista, pero lo más hermoso de todo es que no es preciso mi sevillismo para que mi actitud sea la que muestro, es un ejercicio de decencia y de justicia.
Tan fácil como eso, tan sencillo como les cuento.
Como sevillista, un sevillista que ha visto a su equipo deambulando por los campos de la mediocridad , me puedo morir , futbolisticamente hablando, tranquilo.
He vivido lo que jamás soñé que viviría, y lo que nadie volverá a vivir en mucho tiempo.
Es de bien nacidos ser agradecidos. Yo lo agradezco y , al igual que yo, deberían agradecerlo todos esos junta letras que aprovechan la mas mínima oportunidad para atacar al cuello con pura inquina. Deberían estar agradecidos porque han podido vivir en su carrera ¿profesional? Lo que nadie en el mundo ha podido vivir , han podido ¿escribir? Lo que nunca jamás nadie escribió, se han paseado por media Europa gracias a ese equipo al que defenestran a la primera oportunidad, han podido presenciar un hito histórico, que difícilmente pueda ser repetido. Cinco títulos en quince meses.
¿Quiere decir esto que ese irrefutable hecho le da crédito infinito al Sevilla para hundirse y a ellos los inhabilita de por vida para criticar?
No, simplemente se trata de decencia , la cual debería llevar a la justicia.
¿Acaso se puede obviar todo lo que este equipo a sufrido en nombre de la repugnante excusa?
Es de recibo reconocer todo lo que este gran equipo ha hecho, y no de pasada como si por ser pasado no tuviera ya valor. No , reconocerlo dándole todo el gran peso que tiene y la indudable influencia que tiene en nuestro presente. Porque la tiene, la tiene, y si da crédito, no ilimitado, pero si para que no se intente destrozar cuando tropieza, para que tenga un colchón de confianza.
Y si a todo esto le aunamos lo duramente acontecido durante esta temporada el crédito debe ser aún mayor, es de justicia.
Pero no, ellos nunca lo harán, porque no se les puede pedir que comprendan lo que es ser sevillistas a gente que se le escapa lo que sea ser personas, que están ciegos de rabia sin poder ver el significado de justicia.
Pero yo no atiendo a la evidente justicia, es más paso de ella, paso de ella en nombre de mi sevillismo. Sevillista ahora más que nunca y con todo el orgullo del mundo.
Por todo ello aplaudo hasta romperme las manos a esas personas que vitorearon a su equipo el sábado pasado con la que estaba cayendo y no meteorologicamente hablando.
Me siento orgulloso de ser sevillista y ahora mismo tengo más fuerza y confianza que nunca.
Olvídense del lamentable partido del otro día, obvien el tremendo ridículo que vivimos, porque ,si lo miran friamente, son simplemente tres puntos, lo demás es subjetivo.
Lo que no es subjetivo es que son los mismos puntos ,tres, lo que nos separan de Champion , tres, con quince por delante, y yo les aseguro que volveremos a tener la oportunidad de encaramarnos a ese cuarto puesto, seguro.
Es más, estoy convencido de que lo vamos a conseguir, ese es mi sentir, solo eso.
Quedan quince puntos;
¿Le vas a quitar la confianza a este equipo que tanto te ha dado?
¿Le vas a retirar tu fe a este equipo que tantas veces te ha demostrado que todo es posible?
¿Vas a dejar de soñar cuando este equipo te ha enseñado lo hermoso que es soñar y que estos se hagan realidad?
Quedan quince puntos en juego, tres nos separan de logran algo que esta temporada sería un puro merito, un ejemplo, una lección para muchos.
Quedan quince puntos, tres nos separan de la justicia;
Solo se pierde cuando se deja de luchar.....
¿Vas a dejar de luchar?
Ahora Murcia.... ¡VIVA EL SEVILLA!
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lunes, 21 de abril de 2008
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