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“¡LO,LO,LO,LOOOO! ¡LO,LO,LO,LO,LOOOOOO!"

viernes, 30 de enero de 2009

 

Era el minuto 85 cuando mi cuñado, que venía repitiéndome desde el 75 lo mismo insistentemente, me decía ; “Quillo ; ¡ Se nos va el partido!. Yo, igual que le dije las otras “tropecientas” veces, insistí emocionado y convencido ; ¡ Que no cojones! ¡ Vamos a marcar seguro! ¡Hazme caso!

Minuto 87, corner a favor del Sevilla . Jesús Navas, el hombre de los pulmones hidráulicos, se encamina hacia la esquina dispuesto a sacar. Renato se le va acercando haciendo cada vez más factible la posibilidad de un “gilicorner” .

¡ No por dios! -exclamo

Navas mira a Renato y le cede la esquina.

¿Por qué tiene que sacar Renato?- Chillo

Renato se prepara y mi espíritu no aguanta más y vocifera hasta reventar mi ya exhausta garganta;

Este es el gol...¡Aquí viene el gol!

A esas alturas yo era más de los nervios que ellos míos cuando, el indigno Txeira , decide meter más tensión parando el juego para llamar a la tranquilidad en la batalla campal que se estaba viviendo en el área del Valencia entre defensores y atacantes.

Minuto 89. Renato saca, por fin, el corner, el balón acaricia el cielo de Nervión y a partir de ahí lo único que veo con certeza es el balón encaminando hacia las redes y besándolas dulcemente.
Grito gol como un loco mientras que, en una milésima de segundo, paso mis ojos del balón al cuatrero del trencilla esperando que ,en un incomprensible arrebato de decencia, decida conceder el gol y no inventarse cualquier excusa, una falta inexistente , fuera de juego, o peligro, para no conceder el gol.

Señala con sus sucias manos el centro del campo concediendo validez a nuestros sueños y la Bombonera estalla.

Abrazo a mi cuñao, como si fuera el mundo fuera a estallar al día siguiente , haciendo un bocadillo de mi mujer que casi la dejamos sin respiración, nos abrazamos todos, conocidos y desconocidos, nos subimos en los asientos, corro, sobre ellos hacia mi gordito ,que estaba en brazos de su abuelo, y me lo como a besos ; ¡ Papá lo sabía! ¡Papá lo sabía! Le decía a uno de mis dos amores. Vuelvo, votando de asiento en asiento, hacia los brazos del otro amor de mi vida y saltamos junto a su hermano y todo el campo y Nervión, al grito del ya famoso y amado “lo,lo,lo,lo” vive , otra vez, una más, ¿cuántas van ya? , una noche mágica, una noche de ensueño, una noche de las nuestras.

Es difícil de explicar lo que se vivió ayer en la bombonera, muy difícil, tanto como expresar la manera en la cual el sentimiento puede llegar a salirse de tu alma por cada uno de tus poros.
Un partido de infarto desde el minuto siete que nos colaron el 0-1 dejando, ahora si, la eliminatoria cuesta arriba. Sentimos el golpe, bastante, muchísimo, aun así el Valencia no volvió a rondar la portería de Palop en todo el partido. En una falta prodigiosamente sacada por Romaric, de alabar muy mucho la actitud del Costa Marfileño, Kanuté devolvía la alegría a la grada y al equipo que , desde ese momento , enarboló un juego muy bueno. Pero no llegaba el gol, en parte por el desafortunado Luís Fabiano que marró tres ocasiones antológicas de esas que no suele fallar pero que ayer si.

Y al final ocurrió lo que era de justicia.
Lamentable la actitud del Valencia, no hablo ya del planteamiento penoso de Emery, ese que tanto han alabado muchos “periodistas” de esta ciudad, sino de la actitud.
Pueril, zafia, baja, paupérrima, personalizada en Cesar como su máximo exponente.

Lo de Cesar ayer es de cárcel. Yo he visto bastante fútbol a mi edad, y lo que hizo Cesar ayer no lo había visto todavía. No el hecho de perder tiempo en cada resquicio de oportunidad que atisbaba , sino la forma tan ruin, tan asquerosa, en que lo hizo intentando reírse hasta del apuntador , con una desvergüenza, con descaro, apabullante.
Pero, amigo Cesar, el dejarme ayer la garganta recriminando tu indigna actuación, tuvo su recompensa, pues, como bien se dice, el que ríe el último , ríe mejor. Era ,permíteme que te diga, un inmenso placer verte hundido ,a ti y a los tuyos, tras el glorioso gol de Squilachi, un inconmensurable placer verte pasear , por esa misma área que antes utilizabas para cachondearte del fútbol en cada ridículo saque tuyo, con la cabeza agachada, la mirada perdida , mesándote los cabellos. Hundido Cesar, hundido, para que no olvides tu debut con el Valencia en el Sánchez-Pizjuán , para que te acuerdes de todos nosotros. Hundido Cesar, hundido, es lo que te merecías y es lo que tuviste.

Actitud, la de Cesar, reprochable al máximo, pero evidentemente permitida por el colegiado que dejó hacer y deshacer a los “che” como les marcaba su antojo.
Nunca un arbitraje fue más claramente sesgado, intencionado, y consentidor.
Triste Txeira, triste, pero ahí estamos, superando el medroso juego levantito y el malintencionado arbitraje gallego, el Sevilla está, por mucho que le joda a unos cuantos impresentables como Radio Marca (Lamentable la mañana de hoy en esta emisorilla de pacotilla , denostando nuestra victoria , echando peste de nosotros, un tal Gozalo que cada día da muestras que debería echarse a un lado y dejar de hacer el ridículo, e incluso llegando a decir que la eliminatoria la ha marcado el gol en fuera de juego de Adriano en la ida. Solo diré una cosa; ¡ A MAMARLA ¡ ) y camino de la gran final.

¿Que dirán ahora los impresentables de siempre?

¿Tampoco ha sido esto una eliminatoria?

Les digo algo, me da igual, es tanto lo que hicimos ayer, es tanto lo que promete lo de ayer, que la mierda que pueda existir , la que intenten echarnos encima, me da exactamente igual.

Fue tan bonito ver toda una afición demostrando lo hermoso que puede llegar a ser el fútbol, ha sido tan gratificante volver a olfatear el aroma de una final, tan grandioso comprobar la fuerza que tenemos cuando estamos todos juntos, que todo me da igual.

Me da igual porque ayer comprobé que no nos vencerán, que no nos dividirán, que somos la mejor afición del mundo del mejor equipo del planeta y que nadie podrá con ese sentimiento que nos hace uno.

Mucho nos ha enseñado la noche de ayer. Nos a enseñado a recordar la fuerza que tenemos cuando estamos todas a uno, a comprender que juntos somos invencibles, a disfrutar de lo que somos sin importarnos que quieran decir que somos, a comprender que nunca, jamás , caminaremos solos...



Ahora Sporting...

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