NO NOS DEJEMOS ENGAÑAR

He mencionado muchas veces en este blog la desconfianza que me produce los cantos de sirena, más bien de hienas, que surgen de la más profunda desvergüenza para “dorar la píldora” a este nuestro grandioso equipo.

No puedo más que sorprenderme cuando, de repente, como si de una enajenación mental se tratase, se torna de un discurso, que roza lo criminal, contra todo lo que se mueva que huela al Sevilla a , de buenas a primera, empezar a vender la moto de las excelencias del equipo y afirmar rotundamente que los objetivos están cumplidos, y que somos poco más o menos que la leche.

Ya pasó la temporada pasada repitiéndose en esta cuando teníamos el colchón de los once puntos.Ya estaba hecho todo.Es normal que la afición pueda tener , aunque sea en su foro interno, esa impresión. Pero que los medios de comunicación se dediquen agritar a los cuatro vientos tal proclama llama a mi desconfianza. Más, o quizás sea por ello, cuando estos mismos, el mismo día antes, estaban lanzando cuchillos y navajas a nuestro escudo. Ya lo advirtió el presidente; “Nadie consigue la champión sin sufrir”.

Ahora estamos ante la misma situación. Tras la importantísima victoria ante el Villarreal, después de soportar una asquerosamente repulsiva semana por parte de las hienas de la información, de nuevo escuchamos sus cantos desde diversos putrefactos atriles ;

Los muchachitos de “La Trinca” desde su “Lunch Show” diario en la cadena Ser, Víctor “el Carlos Jesús del Periodismo “ Fernández (más desquiciado que nunca. ¿Tampoco es esto un ataque personal? Noooo!) Chazarri el “Arévalo”del periodismo deportivo, Paco “la Pepa “ Cepeda, etc. Es casi imposible que se nos escape; ¡Ya esta hecho!

Nada más lejos de la realidad. Este sábado visita Nervión el Mallorca. Cierto, un equipo salvado a estas alturas, igual de cierto que lleva dos o tres años mojando en el santuario rojo y blanco. Pero todo eso debe carecer de importancia. Lo único relevante es, y debe ser, nuestra actitud. Cuando digo “nuestra” nos englobo a todos, la afición y el equipo. Comernos al rival desde la grada hasta el último milímetro de césped.

Cercano precedente nos alumbra. El día del Getafe se me asemeja peligrosamente al que asoma. Aunque todos guardáramos en el fondo el miedo a un posible chasco, como ocurrió, lo cierto es que, fuera de la normalidad en la que habita este mencionado recelo, todos pensábamos que ganaríamos por goleada. O si no lo pensábamos, acudíamos al campo con el convencimiento, más bien auto-convenciéndonos,de que aquel debía ser un partido fácil, que no se iba a escapar la victoria. Nos sugestionábamos para ello con el propósito de borrar de nuestro sentir ese lógico recelo.

Creo, y no estoy diciendo lo que deba hacer nadie, tan solo lo que CREO que sería más oportuno en pos de luchar todos por un objetivo, que este sábado debemos darle la mano a ese recelo que , desde nuestro bienintencionado subconsciente nosotros y desde la perversa inquina otros, intentamos fulminar.

Darle la mano , mirarlo a los ojos, y comérnoslo sin apartar nuestras pupilas de las suyas a base de animar, animar y animar sin descanso. Sentarnos en nuestros asientos conociendo que cabe, muy mucho, la posibilidad de que se trate de un partido feo, embarullado y muy difícil que debamos sacar con el mono de trabajo y que un uno cero nos da los tres puntos. Sacar nuestras banderas siendo conscientes de que si no se puede ganar, hay que saber sacar un punto. Abrir nuestras pipas sin la ira acumulada y dispuesta por si se da la derrota, sabiendo que si así sucediese no estaría nada perdido.Lo que quiero decir con todo esto es que no debemos dejarnos llevar por el canto repulsivo de las hienas, ni por la confianza que, equivocadamente, podemos albergar nosotros mismos. Que debemos ser conocedores de la importancia del partido del sábado y de la TREMENDA DIFICULTAD que puede entrañar, o no. Pero que si así sucediese debemos estar preparados para ello y que la frustración o la ira no nos sirvan de torpe, estúpido y baldío placebo.
Ya sabemos que puede pasar y estamos listos para ello porque venimos a nuestra casa con la única intención de ganar por encima de todo, incluso por encima de nosotros mismos.

Esa es la actitud que, creo yo, deberíamos tomar frente al partido que se avecina y no caer en las sucias telarañas que las amargadas hienas quieren tejernos. Porque, a mí, personalmente, no me cabe duda de las malas intenciones que las motivan. Porque no me cabe la menor duda que estarán esperando ,afilando sus mugrientas pezuñas , a que tropecemos y nos caigamos de rodillas al suelo para que sintamos sus hediondos alientos.

Todos sabemos lo que nos estamos jugando, no escapa a nadie. Todos sabemos que tenemos que luchar contra casi todos, no escapa a nadie que estamos solos. Todos sabemos que no necesitamos más, no escapa a nadie que nos bastamos nosotros mismos. Solo pediría , por favor, que no se nos olvide lo que sabemos , que no se nos escape este partido