Hoy , cuando el maldito despertador me ha arrancado de mi vida antes de que asomase el sol, con mis ojos aun negándose a desempeñar su trabajo y mi cuerpo roneando con los minutos, ya me he dado cuenta de que era un día diferente.
Aún sin ser todavía yo mismo, puedo notarlo en el ambiente. Puedo sentirlo en el cielo cenizo que ha relevado a la nocturnidad y que me saluda al salir de casa, en las aceras recién bañadas por la primera luz del día aletargada por la incógnita del avanzar del tiempo, incluso las mismas fachadas que veo todos los días sin decir nada a mi atención, parecen rezumar ese algo que hace sentir este día como distinto, diferente.
Inspiro fuertemente para poder llevar conmigo a lo sentido esa mágica divergencia que separa el ayer del hoy más allá de lo que pueda decir el calendario, así como el maravilloso olor a tierra mojada que te cala desde la lontananza de lo pragmático hasta donde habitan las evocaciones .
Pero no, no es olor a tierra mojada. Ni siquiera se parece.
Si no fuera porque la época me lo niega con certera rotundidad, podría llegar a creer que se trata de azahar.
Lo cierto es que huele diferente. Un olor que no solo se respira; se nota, se siente, se palpa.
Un olor que inunda toda la ciudad , la llena , la rebosa y la proyecta al mundo.
Hoy, para orgullo de toda Andalucía , Sevilla huele diferente. Huele a victoria, a existo, a trabajo , a ilusión , esperanzas, deseos y sueños.
Hoy Sevilla huele a Champións y se lo comparte con el resto del mundo...
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miércoles, 16 de septiembre de 2009
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