En este periplo de ostracismo futbolístico , porque para mi que juegue la selección española de fútbol es muy parecido a que lo hiciese la de balonmano, y en este momento donde la prensa de nuestra ciudad está viviendo su “época dorada”, quiero hablaros de los medios del Sevilla F.C, nuestros medios, esta si es la nuestra y no la otra que no sé de quién será.
Una radio, una televisión, una web que, desde su tierna infancia, está dando lecciones de periodismo, no con palabras o discursos vacíos, mediante su trabajo, con actos, con hechos. Dando lecciones como realmente se dan las lecciones, sin intención alguna de darlas. Su exquisito trabajo, su pluralidad, su libertad de expresión habla por si sola.
Unos medios que tienen a más de uno, en esta hermosa capital andaluza, de los nervios, realmente atacados y, perdón por la expresión, encabronados. Causa, esta, de muchas de las ridículas actuaciones que podemos apreciar cada día en la prensa, en la radio, en la televisión de Sevilla.
Personalmente, y sin desmerecer al resto, a mi me tiene enamorado la radio. Seguramente porque el medio en si ya es mi predilecto entre cualquier otro y no podía ser de otra manera en lo que a los medios de mi equipo se refiere. Pero no soy un consumidor de radio compulsivo que se come todo lo que se emita donde y como sea y al ahora que sea. Me gusta la radio bien hecha. Y eso lo encontraréis en el 91.6 de vuestro dial. Esta radio, que ,evidentemente, trata sobre el Sevilla F.C, y siempre con el fútbol como telón de fondo, no solo habla de fútbol, tiene, poco a poco, una parrilla cada vez más rica. Dentro de la buena variedad podemos hallar un programa matutino con el nombre de “Estilo Sevilla” del que hoy, concretamente, quiero hablaros.
Desde muy pequeño adquirí, como forzada herencia de mi hermano, el hábito de dormirme con el transistor encendido. Por aquellas épocas de mi infancia mis comienzos como radio oyente coincidieron con la lucha por las ondas nocturnas entre José Maria García y José Ramón de la Morena. Cuando este último parecía alguien decente que peleaba contra la tiranía y el monopolio del denominado “butanito”. El tiempo, como normalmente suele hacer, puso a cada cual en su sitio, ya me lo advirtió mi hermano Javier; “Este( de la Morena) es otro capullo igual que el otro”. ¡Qué razón tenía mi hermano! ¡Igual!. Yo diría peor, porque encima este es un auténtico inútil.
Lo cierto es que, al despertarme, la reminiscencia de mi viaje radiofónico hacia lo onírico, me pedía más radio, y así fue como di mis primeros pasos por la radio matutina. Desde entonces me ha acompañado; al instituto, a la facultad, en mis viajes, e incluso en mi trabajo hasta el día de hoy.
Mi encuentro con Estilo Sevilla fue totalmente casual. Gusto escuchar un poco de cada emisora para “vigilar” las barbaridades que pueden llegar a decirse por una “alcachofa”. Cuando mi salud mental, tras tanta basura, requería tranquilidad volcaba el dial hacia el 91.6 para que la música sosegara mi espíritu. Por aquel entonces recuerdo que siempre pensaba que no estaría nada mal que nuestra radio diera cabida en esa franja horaria a un buen programa, y ,en lugar de eso, pusieron “Estilo Sevilla” . No, ya en serio, un día de esos que huía de la peste nacional-madridista, cuando esperaba encontrar música en SFC Radio, apreció una graciosa vocecilla que decía llamarse Javi Nemo. Si, alguien había pensado lo mismo que un servidor, fue una grata sorpresa.
Reconozco que al principio no me engancho mucho, no porque no me gustara, simplemente es que mis obligaciones laborales me hacían escucharlo muy de vez en cuando. Pero lo cierto es que acabó conquistándome hasta el punto de aprender a trabajar acompañado de Nemo, Diego y Eduardo. Si alguien de mi trabajo está leyendo esto, decirle que todo es pura ficción literaria.
Se trata de un Magazine donde casi todo tiene cabida, pero por encima de todas las cosas destaca su sentido del humor , su forma de tratar la vida, su alegría y lo agradable que pueden llegar a hacer el paso de las horas de una larga mañana.
El tal Javi Nemo, si, si, como el pececito, es el que maneja el cotarro. Un chaval, un “niñatillo” porque tiene 26 años(aunque aparenta 40), que con su desparpajo y simpatía palia sus ingentes meteduras de pata . La verdad sea dicha, las “supuestas” meteduras le dan aun más gracejo y chispa un programa que engancha con el entretenimiento y la diversión.
Al cabo del tiempo, viendo la bombonera, escuche al “muelas”, dicho sea cariñosamente, Miguel Ángel Moreno, que presentaba a un tal Javi Nemo. En ese momento comprendí perfectamente lo que se quiere decir con eso de” la magia de la radio”. Pensé ;
¿ Javi Nemo? ¿ Ese no es el novio de Falete ?.
Ojalá jamás lo hubiera visto. Después caí en la cuenta de algo que , si no lo es, debería ser un universal, es decir, una verdad insoslayable; la belleza es algo muy poco importante al lado de la simpatía y el buen rollo que este niño regala a borbotones.
¿Qué importancia tiene que sea más feo que salir a comprar el pan en chándal, con zapatos y calcetines blancos?
Nada, créanme , nada, su simpatía, su cercanía, su buen rollo lo borra todo. Y debe ser muy grande todo esto que le sobra y regala, porque el tio es feo con mala leche ;).
A su lado esta un chavalito llamado Diego, becario en prácticas, con todo lo que ello conlleva, que encandila con su candor excepcional, y una bondad que le lleva a cobijar a los gorriones en sus entradas.
El trío se completa con Eduardo Castro a los mandos técnicos, que tiene el cielo ganado por aguantar a estos dos todas las mañanas, la voz muda del programa.
Estos muchachos son unos cracks , a los cuales solo puedo agradecerles que me hagan más amenas las mañanas.
Me gustaría escribir cuatro o cinco maravillosas frases que les hiciera ,a todos los que me leen , si hay alguien, correr a sintonizar Sfc Rario cada mañana a las 11.00, porque sé que quedarían encandilados e incluso me lo agradecerían. Pero no puedo.
Tal vez por mi torpeza a la hora de expresar o definir la grandeza de estos muchachos, o simplemente, quizás, porque sería como intentar expresar con palabras lo que siente uno cuando ve un amanecer, o a lo mejor , porque ambas cosas son lo mismo. No lo sé, pero lo único que puedo hacer al respecto es recomendar a todos vivamente que sintonicen la 91.6 de 11.00 a 14.00 de la mañana y que escuchen, solo una vez, Estilo Sevilla. Les aseguro que no podrán dejar de hacerlo.
Porque estos chavales, estos niños, hacen muy bien las cosa. Y cuando me refiero, cuando menciono el “hacer bien”, no hablo de perfección, de clases de periodismo, ni nada parecido. Para mí, eso, es superficial, incluso banal.
Cuando digo “hacer bien” me siento directamente en algo que escapa de todo aprendizaje o aleccionamiento, en ese algo que solo tienen los que son diferentes al resto y que no se aprende ni puede definirse. Estos muchachos de Estilo Sevilla irradian la luz que desprende tal glorioso asiento. Llegan desde las ondas a nuestro espacio vital, ese que dificilmente dejamos que lo invada cualquiera y que a ellos se lo regalamos. Le abrimos las puertas de par en par para compartirlo sin recelo alguno asi como si los hubiéramos conocido de toda la vida. Y ellos, os lo aseguro, lo hacen con nosotros igual o más. Aunque invadamos su espacio de forma de violenta e inesperada.
Y así, de ese mágico e incluso extraño modo, nos comemos juntos una mañana que nos separa de donde verdaderamente quisiéramos estar; en casa , con nuestras familias, besando a nuestras esposas, jugando con nuestros hijos, tirados en el sofá, bebiéndonos unas cervezas con unos amigos, etc. Nos regalan algo que difícilmente es expresable o valorable; La dulzura, la amistad, la compasión del tiempo, que, seducido por la simpatía, la alegría y el buen rollo de estos muchachos, nos hace sentir el pasar de sus horas como una agradable caricia, consentida ladrona de una de esas sonrisa que nos duran hasta olvidar el por qué de la misma.
Un enorme saludo a “el caudillo”, “al alopecia incipiente” y “al señorito andaluz venido a menos”.
Sois unos monstruos, tu caudillo, literalmente.
Un abrazo con todo el “mariconeo” del mundo.
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domingo, 29 de marzo de 2009
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